Armillaria Ostoyae
Este individuo de la familia de fungus Armillaria Ostoyae cubre más de 8.9 km² (1000 canchas de futbol) y su edad excede los miles de años.
Fue la científica Catherine Parks quien en 1983 descubrió al espécimen mediante el análisis del ADN de cientos de especies de la región andina. El resultado concluyó en que todas las muestras que analizó pertenecían al mismo organismo. “No hay nada que se haya medido científicamente, sea planta o animal, que sea tan grande”, subraya Gregory Filip, profesor experto en la Armillaria.
La Armillaria Ostoyae se manifiesta sobre la tierra como miles de hongos separados por apenas milímetros de aire, mientras que por debajo del suelo yace una estructura parecida a los cordones de zapatillas llamados rizomorfos, la cual transporta nutrientes y mantiene conectado a este capcioso ente que simula ser miles cuando en verdad es uno solo.
Estos hongos son comestibles bajo una larga cocción, ya que de lo contrario pueden tener un prolongado efecto lisérgico, pero algunas personas son absolutamente intolerantes a la Armillaria y han de abstenerse por completo a su consumo para evitar la muerte. Así como puede matar a Humanos, la Armillaria, al ser un patógeno del bosque, resulta también asesina para muchas otras especies debido a su naturaleza parasitosa.
Posiblemente gracias a la misma Armillaria Ostoyae, nos demos cuenta que el organismo vivo más grande no es un hongo sino la Tierra entera. Así como en la película Avatar, descubramos que siempre fuimos parte de un bosque bioneuronal inalámbrico en el que cada organismo enriquece y afecta la experiencia de la conciencia colectiva y de cada uno de sus nodos (nosotros). |